viernes, 30 de octubre de 2009

Entre Ríos - Sal (2003)

La banda: en su formación del año 2002: Isol, Sebastián Carreras y Gabriel Lucena, la banda exploraba las posibilidades de la sensibilidad electrónica armados de loops, sonidos del ambiente, de letras profundas y de una voz exquisita.

Después de sacar varios EPs y compilarlos en el que sería su primer disco (Idioma suave), la banda se aventura a explorar con las fibras emocionales de un género que no se caracteriza por ser poético o intrincado. He aquí el resultado.

El disco: La caja de sonidos más hermosa se abre cuando dejamos que los oídos se inunden de sus mágicos e inquietantes susurros.

La calidez y la frialdad de la Sal de Entre Ríos, es lo más parecido a encontrar un mundo poético perfecto para sumergirte a sacar perlas y corales tecnicolor. No puedo evitar referirme de esta forma tan irreal a este disco que me ha regalado los mejores momentos escuchando sus melodías cuidadas y sus excelentes liricas que en su sencillez son capaces de calar profundo en mi.

Canciones tan memorables como Sé porque confirman la capacidad creativa de esta súper banda: “Sé porque aunque insisto nunca para de llover también en mi” canta Isol con su hermosa voz mientras los sonidos de un delicado pop electrónico nos mantienen entre el baile suave y la escucha atenta.

Sin mayores intenciones, Salven las sirenas se convirtió en el single más sonado del disco, debido en parte a una accesible melodía pop bailable de menos de dos minutos, y es que a este Entre Ríos no se le podría permitir ser extendido menos en una canción de corte comercial como esta.

Hoy no aparece en dos versiones (fantástico!) la primera está marcada por loops de guitarra y una pequeña “explosión” bailable casi al final, ni hablar de la interpretación de Isol, como siempre impecable cuidando los textos de Sebastián Carreras. El remix de la canción pide espacio en las pistas de baile de dance sentimental, si es que estas existen, lugar donde canciones como Campanas, Enormes o Séptimo cielo también encontrarían un lugar privilegiado.

“Estoy en lo alto de otro árbol caído, en este nido no aprenderé a volar, y si acaso abro mis ojos no habrá tiempo para el vuelo, estoy en condición de subir.” Universo es sin dudas otra de esas deliciosas piececitas minimalistas como alambres de púas que conforman Sal. La letra por si sola es un hermoso cuadro reflexivo o una caída en picada hasta el río de la melancolía.

Mi canción favorita no podría ser otra que la cortísima, hermosísima, delicadísima y profunda Si hoy. Duele escuchar a Isol, duele el corazón (figurado) y eres capaz de sentir los pinchazos de esta hermosa rosa que desprende liricas cargadas de melancolía. Una de las mejores composiciones del señor Carreras (gracias!)

Creo que no hay forma de que yo, ser mortal e imperfecto complete una reseña de un disco de la primera etapa de Entre Ríos. Fallé con Idioma suave y el compilado sentimental de Sal no será la excepción. Sus capítulos contienen una gran cantidad de sensaciones que me son imposibles de explicar con palabras. Seguro encontrarás mejor escuchar este disco con audífonos cuidando que no se escape ni medio sonido, o bien podrías (como he hecho yo) subirle todo el volumen a tu equipo y dejar que los beats inunden tu hogar.

Un disco cinco estrellas, único en su tipo, inquietante, sobrecogedor, cálido y frío, minimalista y ambicioso, cuidado, mesurado y desmedido en sentimentalismos, experimental, ambiental y profundo. No digo más, queda más que recomendado, su escucha es obligada y la rendición a sus poderes necesaria.


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